sábado, 12 de julio de 2008

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Entrenamiento para cachorros de caza

Mientras no haya cumplido los tres años, ningún perro, de la raza que sea, estará todavía en condiciones de superar las dificultades que acarrea una busca por la sangre.


Además del entrenamiento regular con rastros artificiales y pista fría, deberá pasar por muchas experiencias de busca de piezas en el campo para ser realmente eficaz.


Como es el entrenamiento para cachorros de busqueda de caza


Ningún perro nace «perro de sangre», y para que lo sea habrá que empezar la educación del cachorro desde el destete. En una primera fase, se le enseñan las órdenes «ven aquí», «sentado», «tumbado, quieto», «no», y a andar al paso y sin correa; también se ha de procurar inculcarle la pasión y la voluntad de la búsqueda acostumbrándolo a coger pequeños trozos de caza mayor.

Seguir las «huellas» constituye un excelente ejercicio. A la hora de la comida, se traza un rastro recto condujo de 10 a 15 metros con leche al principio y después con vísceras o piel de venado. Al final del «rastro», se colocan trozos de carne; es fundamental que sólo se recompense al perro con la materia que se ha utilizado para colocar las huellas. Alargue las distancias (de 100 metros en adelante) pero no termine nunca con im fracaso para que el cachorro no se desanime.



Cuando tenga cuatro o cinco meses, a razón de mínimo de tres sesiones por semana, el joven perro ya habrá podido memorizar que olor significa «busca = recompensa». De acuerdo con los progresos realizados, se le aumentan las dificultades y se combinan; introduzca en el trazado del reguero arcos más o menos pronunciados y después ángulos obtusos; comience la búsqueda sólo una hora después haber hecho el reguero; a continuación, aumente ese plazo gradualmente hasta seis horas; reduzca los olores utilizando cantidades más pequeñas para trazar el rastro; después, las vísceras colocadas en una red ya no se arrastran sino que sólo se las roza con el suelo cada 20 o 30 centímetros al principio, y después cada metro o cada 2 metros o más con los perros de tamaño grande; por último, se le obliga al perro a ir al viento, es decir, a trabajar contra el viento.



En cuanto el cachorro tenga tres o cuatro meses, también habrá que acostumbrarlo progresivamente a las detonaciones de las escopetas de caza.