viernes, 9 de enero de 2009

La caza Mayor

Los preparativos, los cambios de opiniones, el reparto de tareas, el traslado, llegar al establecimiento, las relaciones públicas, el armado del campamento, el rastreo previo, las observaciones del terreno, más los pálpitos correspondientes, tienen su culminación en el segundo definitorio, como hemos dicho muchas veces "llegó el segundo de la verdad". Es el instante del disparo, la pequeña fracción de tiempo en que éste se produce es decisiva.



Todo puede tornarse satisfactorio o frustrante. Si tuviéramos 10 sentidos, los 10 los utilizaríamos para ver, escuchar y saber los resultados urgentemente.



Por todo ello deberá ser experiencia inexcusable e ineludible de todo buen cazador, saber ubicar el proyectil en la zona adecuada de la presa. Tratando que sea la muerte lo más rápida posible, para hacerla menos penosa.



Especialmente, el tiro que produce los mayores resultados es el que va dirigido a la zona del codillo o paleta, detrás del cual están todos los órganos vitales que producirán la muerte inmediata.



Trataré de ser lo más gráfico posible, mostrando por medio de un dibujo las zonas más positivas con el grado de importancia de acuerdo con el número indicado.



La zona número 10 es la más indicada, se puede observar que las últimas zonas afectan órganos importantes, lo que producirá solamente la herida, que ocasionará una larga y cruel agonía, corriendo en forma indefinida e inconstante, para refugiase en lo más espeso del monte, lo más lejos posible del cazador. A esta situación la podemos calificar de frustración.



Que es la caza Mayor



Luego de un tiempo, por lo general tenemos posibilidades de regresar al lugar por la amistad que nos une con dueños o encargados y camperos comentándonos que fue encontrada la presa muerta. En un cañadón o en un sangrador, pajonal o tirado campo afuera, porque no le dio la fuerza para llegar al monte. Más todos los lujos de detalles del lugar.



Es importante saber que se han encontrado presas a doscientos y trescientos metros del lugar del disparo, con el corazón totalmente destruido.


Demás está decir que es una situación incómoda frente a quien lo encontró. Uno les pregunta como descubren los animales muertos, ellos contestan que por los cuervos y caranchos que sobrevuelan la zona.



Entiendo que muchos cazadores no cazan animales quietos, si no que cazan animales en plena carrera, con mucha adrenalina en su sangre. Es verdad que a todos nos gusta hacer un tirito por si pega, con el margen de error correspondiente.



Hay que superar nuestra propia adrenalina y dejarlo pasar si no estamos seguros.



Con los cérvidos deberá tenerse especial cuidado en que el disparo no impacte la zona de los huesos del cráneo y produciendo la ruptura de la base de la cornamenta, perdiendo el trofeo tan preciado y buscado durante tanto tiempo.



El tiro a la tabla del pescuezo cuando impacta tiene resultados instantáneos, siempre y cuando toquemos la médula espinal.



Si tocamos solamente la carne tenemos pocos márgenes de seguridad, lo transforman en un tiro leve, más aún si es demasiado alto o demasiado bajo. Si es en el término medio, podemos tener la gran suerte que cortemos la tráquea y muera con una asfixia lenta.



Como mencioné anteriormente lo mejor es el codillo o paleta, porque detrás de éstas está el corazón, pulmones, las grandes arterias, nervios en general y el caudal de sangre mayor.



Cuando tenemos un tiro defectuoso, tenemos que saber leer la reacción de la presa por su forma de actuar.

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